martes, 27 de abril de 2010

Esperanza

La esperanza equivale a fe. La esperanza es un don, es redención. Sin esperanza hay aflicción. Recibir esperanza es llegar a conocer a conocer a Dios verdadero y sentirse hijo libre de Dios. Por eso toda persona tocada por Cristo brota esperanza, es ellos se ha demostrado que esta nueva vida posee realmente sustancia que suscita vida para los demás. La esperanza nos sostiene ante los desafíos actuales del Neoliberalismo Globalizante, ante el Relativismo y ante el afán de Absoluto. Ya que toda persona debe ser liberada de todos los bienes materiales. Cuando nos encontramos con la esperanza es más fuerte que los sufrimientos de la esclavitud; es decir que por medio de la esperanza llegamos a la redención, porque transforma desde dentro la vida de la persona y el mundo.

Frente a esta realidad surge esta pregunta: ¿La fe cristiana es una esperanza que transforma y sostiene nuestra vida? La respuesta es SI porque me da la vida eterna. Ya que mi única esperanza es la vida eterna.

Hna. Diana Lima

sábado, 24 de abril de 2010

Fe


La fe hace parte de las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), virtudes que son dones regalados en los que el ser humano se une en la vida intima de Dios, estos tres dones le permiten vivir a la persona como verdadero hijo de Dios, la fe, es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en cada una de sus manifestaciones diarias en nuestra vida, es por la fe misma que nos introducimos a vivir una intimidad plena en Dios, es por la fe, que ante los acontecimientos de la vida, observamos la obra de Dios en cada una de estas situaciones, es la luz que ilumina nuestro camino y cada una de las experiencias que van marcando nuestra vida, pero es necesario que todo cristiano no solo viva y profese la fe en Cristo, sino también que con su testimonio vivo, de certezas, de fundamentos que sean bases para la sociedad consumista en que vivimos y que certifique que por la fe, creemos que Cristo al morir en la Cruz, dio a revelar el mayor signo del Amor de Dios por la humanidad.

Paula López

jueves, 22 de abril de 2010

Caridad

Caridad es amor, pero no cualquier amor. Tampoco por cierto es dar una limosna, ni dar lo que nos sobra, o de lo que no queremos usar. Esto es bien conocido. Pero lo que no es bien conocido; ¿Es de qué clase de amor estamos hablando cuando hablamos de caridad?

Comencemos diciendo que para que haya amor tiene que haber aparte del cariño o simpatía, un compromiso con nosotros mismos de servir a alguien, en particular de manera desinteresada, responsable, ayudando sobre todo a satisfacer sus necesidades de crecimiento espiritual y personal. El amor transforma.

La caridad en pocas palabras es el amor valiente, en marcha despojado de toda arrogancia, de toda imposición y de todo odio. En suma no es una medalla de dos caras, donde una es amor y la otra arrogancia, imposición y odio. Cuando hablamos de amor valiente y en marcha queremos decir que se trata de un amor vigoroso, real y actuante, no meramente de una añoranza y que es capaz de afrontar y vencer dificultades...

¿No está el mundo necesitando de mucha caridad? en nuestra sociedad lo que esta decadente de éste preciado DON que es el más grande de todos los demás DONES. El amor incondicional o caridad nos viene de Dios y todo lo que nosotros tenemos que hacer para poderlo proporcionar, es prepararnos para ello. Todo parte de una distinción entre dos clases de riqueza, la material que siempre es frágil y termina desapareciendo, la espiritual e intangible que nos lleva a la concordia y la solidaridad. Si hemos aprendido a valorar lo espiritual, estaremos en camino a ganar el mayor tesoro del mundo, nuestro propio renacimiento como seres humanos, a la vez fuertes, tiernos, poderosos, humildes, sabios y servidores…


MERCEDARIAS MISIONERAS:

BENITA CHIQUITO
PATRICIA BONILLA
NUBERLAY RODRIGUEZ CACERES

La templanza

Viene de la palabra TEMPLO y nos lleva a considerar nuestro cuerpo como un templo
La Templanza es:

La Virtud Cardinal que orienta y modera la tendencia hacia los placeres sensibles; procura
el equilibrio en el uso de los bienes creados y compartidos. La que asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos, manteniendo los deseos en los límites de la honestidad.

La lucha racional, contra lo pasional de los placeres humanos. Ser equilibrados. Cuando la persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su corazón’ (Si 5,2; cf 37, 27-31). La que nos capacita para controlar y canalizar correctamente nuestras tendencias.

El término medio entre el desenfreno y la insensibilidad. También sobriedad. Aquella que crece mediante la educación, actos deliberados y el esfuerzo perseverante. Vencerse al deseo del placer y la comodidad por amor y con inteligencia.

Ondina Blondet

LA FORTALEZA

La Fortaleza es una virtud que da valor para luchar por el bien y resistir al mal, da coraje para vencer el temor, da la capacidad de vencer los obstáculos que se presentan en la vida incluso la muerte, permite vivir desde la transparencia, defendiendo siempre la verdad y la justicia aunque esto signifique dar la vida.
En el caso de los cristianos esta virtud tiene sus raíces en el amor a Dios, sin embargo todas las personas de bien la pueden poseer. Esta virtud exige de gran generosidad, voluntad y donación.
Para animar en la vivencia de esta virtud Jesús da ejemplo con su vida y demuestra que es posible ser fuertes ante las adversidades y claramente lo vemos en el camino de la cruz.

“No rehuyamos a seguir a Jesucristo, con pecho grande y venga lo que viniere nada nos espante”. Luis Amigó

ROSA CAMPOVERDE
TERCIARIAS CAPUCHINAS

La justicia

La justicia es la disposición de dar a cada quien lo que le corresponde, lo que es su derecho.
La justicia regula la vida social ya que debe estar siempre orientada al bien de todos especialmente a lo más desfavorecidos, es darle al dignidad que cada persona tiene y buscar siempre el bien común.


Alumna: Dolores Yamilé Quesada
Instituto catequista Dolores Sopeña OSCUS

La prudencia

Es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, la prudencia dispone la razón a discernir, en cada circunstancia, el verdadero bien y a elegir los medios adecuados para realizarlo. Es el juicio práctico, acertado es guía de las demás Virtudes, es adelantarse a las circunstancias, tomar mejores decisiones, conservar la compostura y el trato amable en todo momento, ella forja una personalidad decidida, emprendedora y comprensiva. La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos. La prudencia es el valor que nos ayuda o reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones.
La prudencia como modo de ser no es una personalidad gris, insegura y temerosa en su actuar, tímida en sus palabras, introvertida, excesivame nte cautelosa y haciendo todo lo posible por no tener problemas la falta de prudencia siempre tendrá consecuencias en todos los niveles, personal y colectivo el valor de la prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, edifica una personalidad recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y estabilidad en quienes le rodean.

Alumna: Maria Elena Canet Garbey.
Instituto Catequista Dolores Sopeña